Antonio Stradivari nació en 1644 en Cremona, una pequeña ciudad de Italia. Tras abandonar la idea de convertirse en un gran violinista estudió varios años con el gran maestro lutier Niccolo Amati, con quién aprendió la fabricación de instrumentos de cuerda. Gracias a su habilidad extraordinaria a los 17 años le fue encomendado fabricar su primer violín, sin embargo, no fue hasta el año 1670 que sus violines adquirieron la prestigiosa etiqueta de “Antonius Stradivarius Cremonensis Faciebat Anno …”.
Para el año 1683 montó su propio taller artesanal en la Piazza San Domenico de Cremona, en donde fabricó sus más preciados violines entre 1700 y 1725, siendo alrededor de 350 instrumentos. La forma alargada y estrecha de sus violines y la calidad de su sonido provocaron que Stradivarius fuera muy conocido entre los músicos de la época, siendo considerado hasta la fecha el fabricante de instrumentos de cuerda más celebre de la historia.
Sus instrumentos son muy valorados por coleccionistas e intérpretes más importantes. Las características sonoras e individuales de estas obras de arte son consideradas únicas, y a menudo los instrumentos se identifican por el nombre de alguien, generalmente un músico famoso que fue su propietario o que simplemente lo utilizó en algún momento para sus interpretaciones.
En la actualidad aún se desconoce el secreto que confiere un sonido perfecto a los instrumentos Stradivarius, sin embargo, entre las hipótesis se incluye el uso de una laca especial, de un tratamiento químico de la madera, de distintas formas de secado de la misma o del uso de una madera muy añeja. Un estudio sugiere que se utilizó madera de árboles que tuvieron un crecimiento más lento de lo normal, gracias a un periodo conocido como el Mínimo de Maunder, una pequeña edad de hielo de 70 años con largos inviernos y veranos muy fríos produciendo una madera de lento y regular crecimiento con anillos muy estrechos y madera muy densa.
Todos los materiales que Stradivari usó, pertenecen a la zona de Cremona, su lugar de origen. Cuando acababa su instrumento, el barniz con el que cubría la madera se consideraba muy importante, debido a la transpiración de la madera, actualmente aún se desconocen algunos componentes en la fórmula de su barniz. Para la preservación de los violines contra los insectos se utilizó bórax un componente mineral que demás influyó en la calidad del sonido.
A pesar de que hoy en día se pueden fabricar instrumentos con excelente calidad, no logran igualar la grandeza de los violines Stradivarius, en parte se debe a que la madera debe madurar, pues la madera “está viva” y cuanto más vieja más curtida estará y su sonido es aún mejor si el instrumento se está utilizando. Hoy en día aún se conservan alrededor de 450 violines Stradivarius. El violín Stradivarius más caro conocido como Lady Blunt, fue vendido en 15.9 millones de dólares.
Los violines Stradivarius son sinónimo de excelencia, belleza, arte y grandeza, cualidades que inspiran a Stradivarius Music Center para formar excelentes músicos en cada uno de sus alumnos. Sabemos que para alcanzar el éxitos debemos ser diferentes y trabajar con pasión como Antonio Stradivari lo hizo hace varios años.